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FOTOPROTECCIÓN

¿Cuáles son los tipos de radiación UV y sus efectos en la piel?

La radiación de tipo UV tiene a su vez tres tipos de radiación:

De esta manera, la profundidad de penetración de la luz UV dentro de la piel, depende de la longitud de onda que tenga el rayo, (es decir, cuanto más larga es la longitud de onda, más profundo  penetra a la piel). Es por ello que más del 95% de la radiación UV del sol que llega a la superficie terrestre es UVA y estos rayos pueden llegar hasta la dermis (Figura 2).

Por su parte, casi la totalidad de los rayos UVC y gran parte de los rayos UVB son absorbidos por el oxígeno y el ozono en la atmósfera terrestre. Sin embargo, la mayor parte de la radiación UVB es absorbida en la epidermis y solo una pequeña proporción alcanza la parte superior de la dermis (Figura 2).

En lo que respecta a la luz visible (LV) y la radiación infrarroja (IR), para la primera la longitud de onda va desde los 380 nm hasta los 770 nm y para la segunda, las longitudes superan los 770 nm; por lo que estos dos tipos de radiaciones penetran hasta la capa más profunda de la piel (hipodermis) (Figura 2).

Con respecto a los efectos que cada tipo de radiación UV tiene en la piel, la  UVB es la principal responsable de producir el enrojecimiento y las quemaduras solares, así como también del cáncer de piel, sobre todo del subtipo carcinoma escamocelular. 

De esta manera, así como la radiación UVB es importante en la iniciación tumoral, la UVA lo es en la promoción del mismo, pues esta también  inhibe la reparación del ADN e induce la síntesis de unas enzimas llamadas metaloproteinasas, las cuales hacen que el tumor sea mucho más agresivo. 

Figura 2. Tipos de radiación y su profundidad de penetración en la piel

Es por esto que se cree que la UVA es la radiación con mayor responsabilidad en la génesis del melanoma, el tipo de cáncer de piel más agresivo. 

Por otra parte, la LV es la responsable de propiciar las manchas y arrugas en la piel, conllevando a un aumento del fotoenvejecimiento y a la deshidratación cutánea. Y, con respecto a la IR, pese a que no parece peligrosa para la piel, sí puede potenciar los efectos de las radiaciones UV, exacerbando especialmente el fotoenvejecimiento.